Hace más de 4 años conocí el Macramé y fue amor a primera vista, desde ahí empecé a buscar y a buscar. En ese tiempo estaba embarazada y preparando todo para la llegada de mi hija, tejiendo otras cosas en lana y trapillo. Recuerdo que le tejí una chalequita palo rosa y con la lana que quedó una lámpara para decorar su pieza, una alfombra, botines y varias otras cositas. Mirando ideas, vi una lámpara de macramé y fue amor a primera vista…
¡Pronto nació mi amada Valentina! y ahí, comprenderán, toda mi atención y tiempo fue 100% para ella.
Estuve los primeros seis meses entendiendo y adaptándome a la maravillosa, pero caóticamente hermosa nueva vida de mamá.
Salir sola por primera vez después de ser mamá primeriza es heavy (varias me entenderán). Me saqué leche y fui a hacer un curso de Macramé (fue raro, sentía que algo me faltaba, pero igual lo disfruté), desde entonces que anudo y amo hacerlo, porque realmente es relajante, terapéutico, sanador y además es ¡muy versátil!
Se pueden hacer tantas cosas, desde un llavero, un espejo, hasta carteras, cortinas, tapices, lo que quieras...
Y VINO LA PANDEMIA...
Siendo enfermera por más de 10 años de una unidad de pacientes críticos, estábamos full preparándonos para la llegada del coronavirus a Chile. En abril, Valentina de un día para otro se enfermó, tenía 1 año 8 meses y después de estar tres días sin diagnóstico, terminamos en pabellón operándola de urgencia por un tumor abdominal... ¡La peor experiencia de mi vida!
Por tener más de 1 año Valentina, no me correspondía licencia, entonces tenía que volver a trabajar al día siguiente a mis turnos (día/noche) como Enfermera en el hospital y los casos del virus en aumento.
Claramente no pude volver y afortunadamente pude quedarme en casa cuidando a mi pequeña. ¡Estuve 4 meses en casa cuando la cuarentena era obligatoria! Fue entonces cuando el macramé tomo más fuerza que nunca, me sirvió como terapia y comencé a verlo como una alternativa de trabajo desde casa que me permitiría generar ingresos y ver crecer a mi hija.
¡Me replanteé muchas cosas y algo que me hacía sentir tan bien como el Macramé tenía que compartirlo!
Me creé el Instagram @valentinismacrame y empecé a mostrar mis creaciones, a motivar a más personas a hacer macramé y a conocer los múltiples beneficios que tiene. Tuvo muy buena acogida y empezó a tomar cada vez más vuelo, cuando se liberaron un poco las cuarentenas comencé a hacer talleres en el patio de mi casa con mascarilla y ¡se me llenaban los cupos!.
Hoy, gracias a Dios tenemos la Casita Macramé donde se realizan los talleres y además tenemos nuestra sala de ventas. En agosto del 2021 renuncié a mi trabajo de Enfermera para dedicarme 100% a este nuevo mundo de emprender y ¡aquí vamos!
Te invito a sumarte a este maravilloso mundo de nudos, a inspirarte y a creer en ti por que los sueños si se cumplen, ¡sólo hay que ir por ellos!